domingo, 17 de agosto de 2014

Una nueva experiencia con olor a azufre

Primero de agosto. Tenía dos lugares que visitar, la casa de la cultura de Ramos Arizpe y las aguas termales de la Azufrosa. Viendo la necesidad de visitar y conocer la Azufrosa decidí ir ahí en búsqueda de las aguas termales. Yo sólo sabía que era como un ranchito y que ahí tenían las aguas. Desconociendo totalmente la carretera y la ubicación, me dirigí ahí por medio de google maps , el gps del celular y un folleto que un día antes había tomado de Turismo Nuevo León en donde estaba el camino hacia las termas de San Joaquín. Según esto, serían sólo 70 km. desde Monterrey (considerando que vivo en el centro)
Partí a las 10 am. Tomé Lincoln, llegé a García, me fuí en contra, me  perdí, camino a Icamole, Icamole, hasta que vi un letrero que decía Termas de San Joaquín. A partir de ahí la carretera es de dos sentidos con un solo carril cada uno. La carretera está bien pavimentada. Lo único que puede obstruir el paso son los caballos hermosos que andan como si nada, nada más. 

No hay mucha gente viajando, si acaso tráileres que rebasan como si no trajeran cargamento. Es desierto y no hay señal, no hay cómo comunicarse.

Siguiendo con el gps y sólo una camioneta delante, llega un punto en el que hay dos caminos. En uno el señalamiento dice Termas de San Joaquín, y yo tan confiada me fui para donde decía ese señalamiento. Le dude, por lo que dos señoras ya grandes que iban en la camioneta de adelante se pararon y me dijeron que estaban buscando los baños (yo pensé: ¿baños públicos en medio del desierto? ¿qué le pasa?) después aclaró, los baños con aguas termales, por lo que dije que íbamos en dirección correcta. Ellas siempre delante de nosotros. Seguimos avanzando y el gps decía que ya nos habíamos pasado, en eso reaccioné, íbamos directo a Paredón. Llegamos a la plaza de Paredón y había un mercado. Ahí preguntamos y nos dijeron que nos fuéramos por donde habíamos llegado. 

El señalamiento estaba equivocado y borroso. Son entre 5 y 10 minutos de Paredón a las termas. Las señoras dijeron que me adelantara.

Llegando a las Termas de San Joaquín hay dos señalamientos en la entrada: Termas de San Joaquín y La Azufrosa. ¡Por fin llegamos! Obviamente le dimos para la Azufrosa, son como 5 minutos más, lo malo de ahí es que el camino es de terracería, está súper feo.





Llegamos a la Azufrosa. Cobran 125 adultos, 55 niños (Niños menores de 12 años no pueden meterse)



Entramos y no se veía nada ni nadie, sólo una cafetería que dice, informes aquí o algo así.
Estaba un señor ahí que quien sabe quién era (es que fue al único que vi) y le pedí permiso para entrar a ver solamente (no tenía tiempo para quedarme en las aguas) Hay tres “pilas” Las tres con techo. La primera está cerrada completamente, la segunda con techo y la tercera con tres paredes. No entendía por qué. Sólo sentía un olor muy raro, como agua estancada, soportable. No están muy grandes ni profundas.  Hay regaderas, asadores y estancia. La estancia se cobra aparte del precio de las aguas. 







Entré a la cafetería a preguntar. Me atendió la señora Norma, me platicó que su familia es la quinta generación que cuidan esas aguas. Se descubrieron antes de las de San Joaquín. El estar en las aguas no es para diversión, sino para relajación y salud. Hay sólo dos manantiales de aguas (las ya mencionadas) dice que el municipio ya no ha dejado que se abran más (si es que existen) por el temor a que se corte “el brazo” de donde vienen. El estar dentro de las “pilas” tiene su chiste. La temperatura es de aproximadamente 42 a 44 grados centígrados, es por eso que en la primer pila se están 5 minutos y se salen (con esto el agua abre el poro) después se pasan a la fría (la de en medio y enseguida) para que se cierre el poro. Me regaló un folleto en donde viene toda la información. Los que visitan este lugar son personas de Monterrey. Comentó que hasta del DF han ido (no dijo más). Pero van para relajarse, para terapias y por los beneficios del agua.
A mi punto de vista este lugar es tradicional por los años, pero las instalaciones tienen poco mantenimiento.

Salimos de ahí y llegamos a las de San Joaquín. Ahí también hay dos caminos, las aguas públicas o el hotel. Nos fuimos a las aguas. Cobran 150 adulto, niños no pregunté, sorry.







Llegamos, la recepción con clima. Las recepcionistas muy amables, le dije que andaba conociendo por un proyecto y bla bla bla, me preguntó que de que escuela era. Le dije que si me dejaba entrar sólo a ver, antes de eso me platicó algo de lo que viene en el folleto de la Azufrosa y las precauciones que niños menores de 12 años no, para ellos hay un área de juegos climatizada (pensé que para las señoras ricas que van a relajarse y dejan a los niños con la niñera, de otra forma, el niño podría salirse de ahí, el área no es una guardería a lo que vi), no pueden entrar mujeres embarazadas ni personas con alta presión.  Hay una parte que está al aire libre, ahí hay una vista hermosa (del desierto, pero hermosa) y hay banquitas para el lonche.

Me dejaron entrar, son dos puertas. La primera te lleva a la segunda, y lo digo así porque abres la primera y hay una rampa muy pronunciada que da directamente a la segunda. Cuando abres la primera está todo silencio y tenebroso. 

Hay un pasillo y está la segunda con un letrero que dice que es para relajarte y así. Entras y oh sorpresa, la imagen de las fotos que ves en la promoción es exactamente igual a lo que tu vista ve. 



Sentí un calor infernal y un olor horrible. Aquí está todo techado y cerrado, no hay circulación del aire. Empecé a sudar instantáneamente, yo creo que estábamos como a 45 grados sin exagerar y el olor horrible se debe al azufre y los minerales del agua. Después de 5 minutos de fotos te acostumbras al olor y al calor. Ahí todo es silencio y paz. Hay otra puerta que tiene una cama de madera, después hay otra que no pude abrir y hasta ahí llego el recorrido. Salí hacia la primer puerta y sentí el fresco como de 20 grados debido al cambio brusco de temperatura de un lugar a otro. Después fui a ver el área de niños y luego el área de bancas con la vista al desierto y oh sorpresa! Ahí estaban las señoras con las que estaba perdida. Me comentaron que fueron al hotel, pero que cobraban como 2000 pesos la noche para dos personas, incluidas las aguas termales exclusivas del hotel y decidieron irse a las aguas públicas.

Regresamos a recepción, les di las gracias y listo, misión cumplida, creo:P

Estas termas tienen mejores instalaciones y se siente mucha paz. Además de que a lo que he visto tienen mayor o toda la promoción a comparación con la Azufrosa que nunca había escuchado de ellas a pesar de su tradición, esto pensando que soy de Nuevo León y que tengo 20 años, la gente de Coahuila sabe que si existen, sin necesidad de promoción. Es aquí en donde entran las clases de promoción y publicidad. Y menciono la edad porque de 4 personas de entre 45 y 50 años a las que le platiqué en la oficina (donde trabajo) de esto, 2 de ellas fueron a la Azufrosa cuando eran pequeñas, por eso las conocen. 

Y como novedad, como beneficio simbólico, mi foto en la que estoy en las Termas de San Joaquín la subí al twitter de Turismo Coahuila con el hastag #TermasdeSanJoaquín, y ellos tan lindos me hicieron mi #FotodelRecuerdo. Mil gracias:D



Y aquí termina esta aventura de las termas en Ramos Arizpe, me encantaría que todos tuvieran esa experiencia totalmente diferente. Yo la tuve:) 

Rossy Almaraz.


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